lunes, 25 de noviembre de 2013

CADÁVER EXQUISITO VIII

Después del retorno de Eldacar, la sangre de la casa real y de las otras casas de los Dunedain se mezcló aun mas con la de los Hombres menores. Porque muchos de los grandes habían muerto en la Lucha entre Parientes; mientras que Eldacar favorecía a los Hombres del Norte con cuya ayuda había recuperado la corona, y Gondor se repobló con los muchos hombres que venían de Rhovanion. Espero que no sea demasiado grueso y remueva las emorroides de nuevo.No se le ocurrió pensar que de las tinieblas es de donde surgen los horrores de lo desconocido, los seres de las pesadillas, los que atraviesan la barrera de la muerte... De hecho, casi siempre el uso de máscaras tiene que ver con el miedo, aunque por caminos enrevesados, porque, según Roger Callois, "máscara y miedo, máscara y pánico, están constantemente juntos, inextricablemente separados". Piedad para nosotros los que exploramos la frontera de lo irreal. Sí, soy un mito. Un mito muy especial que se crea a sí mismo. Las mejores mentiras sobre mí son las que yo mismo he contado. Mear al aire libre es uno de los placeres del campo que siempre olvidan mencionar los poetas.  La suerte favorece sólo a la mente preparada. La vida es agradable. La muerte es tranquila. Lo malo es la transición. En aquellos años en los que la capacidad de amar no abarca sólo a los dos sexos, si no que lo abarca todo.

Se sentaron en las mecedoras de la galería, bebían cerveza y contemplaban los pinos negros estaba ansioso por poner un bistec en la parrilla. La tarea le resultó más ardua de lo que supuso. Abrió las maletas y colgó su ropa en el pequeño armario. En Boulogne, comenzó el viaje propiamente dicho. Tengo remordimientos por la más ligera contrariedad que pudiese causarte. Perdón, te beso infinitamente. Marcel. Antes que diera el primer paso nadie había visto la sangre que corría por su pierna. Estaba fascinada por lo bello que era su cuerpo, lamí el sudor de sus hombros mientras él devoraba el piercing de mi ombligo. Recordé la canción XXX de Cypress Hill. El pájaro con la espina en el pecho sigue una ley inmutable; algo desconocido le impulsa a empalarse, y muere cantando. Cuando penetra la espina, no siente llegar la muerte; simplemente, canta y canta hasta que no le queda vida para emitir otra nota. El Bear Inn era famoso por sus corbatas, tanto en el ámbito nacional como en el internacional: unas cinco mil según el último recuento. Vitrinas con corbatas cubrían las paredes, cubrían el cielo raso, en cada uno de los salones: corbatas de regimientos militares, clubes deportivos, escuelas, asociaciones británicas, corbatas de todas partes y por todas partes. La colección se había iniciado (se enteró Morse) en 1954 cuando el patrón de entonces invitó a todo cliente a cortar unos ocho o nueve centímetros de su extremo inferior a cambio de un par de jarras de cerveza.

Atravesé un laberinto de pabellones siguiendo las flechas que indicaban «Rayos», hasta que me encontré en una sala de espera en la que sólo había un hombre sentado, con la mirada extraviada y un libro abandonado sobre las rodillas. El peor árbol que existe, para que te crezca en un campito, es una palmera. Y todos los rincones estaban llenos de altas hierbas y hermosas enredaderas, al pie de las cuales vivían muy a gusto los insectos y las lagartijas. ¡Todo el dinero y la vida que uno pueda desear! Las dos cosas que la mayor parte de los seres humanos elegirían… El problema es que los humanos tienen el don de elegir precisamente las cosas que son peores para ellos. ¡Libros! ¡Inteligencia! Hay cosas mucho más importantes, amistad y valentía. No hay ni mal ni bien, sólo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo. Nos vimos obligados a seguir este camino como buenamente pudimos, en fila de uno , y allí estaba yo: las llamas a mi izquierda y el abismo a la mi derecha. Cuando se trata de venganza el demonio esta en los detalles. Todos flotan, Georgie, sí, todos flotan... y cuando tú estés aquí, conmigo... ¡también flotarás!

Existen dos clases de miedo, al menos esa es mi teoría. Miedo televisivo y miedo real. En mi opinión, nos pasamos casi toda la vida sintiendo miedo televisivo, como cuando esperamos los resultados de unos análisis o volvemos de la biblioteca de noche pensando en que hay chorizos acechando entre los arbustos. Esas cosas no nos infunden miedo real, porque sabemos en el fondo del corazón que los análisis habrán salido bien y que no hay chorizos entre los arbustos. ¿Por qué? Porque esas cosas sólo pasan en la tele. Ahí “pastaba” su oveja eléctrica; por más que fuera un sofisticado objeto mecánico, ramoneaba con simulada satisfacción y engañaba al resto de los ocupantes del edificio. Pero ya todo estaba arreglado, todo alcanzaba la perfección, la lucha había terminado. ¿Cree usted en el destino, que incluso los poderes del tiempo pueden modificarse por un solo propósito? El hombre más afortunado que pisa esta tierra es aquel que encuentra el amor verdadero. Metió otra vez las balas en la caja de bombones de su madre y la volvió a tapar. El fantasma se puso de pie, y mientras lo hacía sus piernas salían a la luz del sol. El muerto, con su sombrero de fieltro negro, le devolvió la mirada desde la carretera. La calle Treinta y cinco Este se me antojó súbitamente más oscura, más fría, más amenazadora. Todas las residencias parecían misteriosas, como si ocultaran secretos que más valía no indagar. Y sus ventanas semejaban ojos...

Todo aquello que consideramos más importante está siempre demasiado cerca de nuestros sentimientos y deseos más recónditos, como marcas hacia un tesoro que los enemigos ansiaran robarnos. Si quieres saber quien es alguien, mira bien como trata a sus inferiores, no a sus iguales. Hay muchos tipos de valentía. Hay que tener un gran coraje para oponerse a nuestros enemigos, pero hace falta el mismo valor para hacerlo con los amigos. Son nuestras elecciones las que muestran lo que somos, mucho más que nuestras habilidades. - Pórtate bien y puede que cambie de idea. Los corazones son para partirse, y las decisiones para cambiarlas. Es como nos ha hecho Dios.

No deberíamos vernos obligados a saber cosas en las que de ninguna manera podemos influir. Cuando la gente ve fantasmas, siempre se ve primero a sí misma. “Tal vez", pensó, "no existen los buenos y los malos amigos; tal vez sólo hay amigos, gente que nos apoya cuando sufrimos y que nos ayuda a no sentirnos tan solos. Tal vez siempre vale la pena sentir miedo por ellos, y esperanzas, y vivir por ellos. Tal vez también valga la pena morir por ellos, si así debe ser. No hay buenos amigos, no hay malos amigos. Sólo hay personas con las que uno quiere estar, necesita estar; gente que construyó su casa en nuestro corazón. Los caminos llevan a otros caminos", q no se puede iniciar camino mas fantástico q el que se parte del propio umbral y lleva a la acera, pues desde ahí se puede ir... Bueno, a cualquier parte. Lo mismo ocurre con los relatos. Uno lleva al siguiente, y a otro y a otro; tal vez van a la dirección que uno deseaba, pero tal vez no. Quizá a fin de cuentas lo que importa es la voz que narra y no la narración en sí.

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella remota tarde en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Mear y pensar tiene mucho en común —Pensó, mientras salía del coche y se bajaba la cremallera del pantalón—Puedes demorarlo, pero no indefinidamente. Hay algunas cosas que uno no puede compartir sin terminar unidos, y derrumbar un trasto de tres metros y medio era una de esas cosas. No te preconices por el segundo acto hasta que el primero haya acabado. Tener nuevos oídos para una nueva música; nuevos ojos para las cosas mas lejanas; nueva conciencia para verdades hasta ahora muda, y para la voluntad de la economía en gran estilo; hay que conservar las propias fuerzas y el propio entusiasmo; hay que respetarse a si mismo, amarse a si mismo, tener absoluta libertad para consigo mismo... Pues bien; solo los forjados así son mis lectores; mis lectores predestinados, ¿qué me importan los demás? Los demás son simplemente la humanidad. Se debe ser superior a la Humanidad por la fuerza, por el temple, por el desprecio.


A unos pasos de distancia, al empleado de los archivos se le cayó el lápiz al suelo y, soltando un juramento, se agachó a recogerlo. Pero nosotros somos muchos. Dentro de una hora cerraremos el cerco. Dentro de una hora morirá. La oscuridad en que se encontraba era completa, y respiraba con dificultad debajo de aquella capucha. Oyó murmullos y ruidos de personas a su alrededor, y de pronto resonó, apagada y lejana, por entre la tela que le cubría los oídos, la voz de McGinty. La primera conversación telefónica, la que hizo Pelletier, empezó de manera difícil, aunque Espinoza esperaba esa llamada, como si a ambos les costara decirse lo que tarde o temprano iban a tener que decirse. Los veinte minutos iniciales tuvieron un tono trágico en donde la palabra destino se empleó diez veces, y la palabra amistad veinticuatro. El nombre de Liz Norton se pronunció cincuenta veces, nueve de ellas en vano. La palabra París se dijo en siete ocasiones. Madrid, en ocho. La palabra amor se pronunció dos veces, una cada uno. La palabra horror se pronunció en seis ocasiones y la palabra felicidad en una (la empleó Espinoza). La palabra resolución se dijo en doce ocasiones. La palabra solipsismo en siete. La palabra eufemismo en diez. La palabra categoría, en singular y plural, en nueve. La palabra estructuralismo en una (Pelletier). El término literatura norteamericana en tres. La palabra cena y cenamos y desayuno y sándwich en diecinueve. La palabra ojos y manos y cabellera en catorce. Después la conversación se hizo más fluida. Pelletier le contó un chiste en alemán a Espinoza y éste se rió. De hecho, ambos se reían envueltos en las ondas o lo que fuera que unía sus voces y sus oídos a través de los campos oscuros y del viento y de las nieves pirenaicas  y ríos y carreteras solitarias y los respectivos e interminables suburbios que rodeaban Paris y Madrid. 


PARTICIPANTES:
     Laura Fonseca
-       Mauro Vargas
     Arturo Melita Barra
     Esteban Dilo
     Nick Rock Bernet
     Emi Barrionuevo
     Daniela Dibarboure Santana
     Cristina Garcete
     Ultraman Sesenta y tres libros
     Adrián Granatto
     Nati Lou
     Pako Becerril
     Patricia Porta
     Florencia Saade
     Ivanna Torres
     Juan Esteban B.
     Sadie Uribe
     George Valencia
     Caterina Di Candia
     Paola Ruiz
     Evelia Garibay
     Lariita Luna
     Teresa Sofía Tabernig
     Camila Carbel
     Vodevil Cdj
     Seba Karp
     Matías Raña


sábado, 28 de septiembre de 2013

CADÁVER EXQUISITO VII: FREE WILLY EDITION

Saltaron, sin ver hacia dónde se dirigían. El abismo los recibió con su abrazo oscuro y fresco, y el suelo, cientos de metros debajo, se fue acercando cada vez más rápido. No podía dejar de correr, cuando lo intentaba parecía que algo lo empujaba para adelante cada vez con más fuerza, desde el mediodía que estaba pasándole eso y ya le dolía todo el cuerpo, en cualquier momento iba a caer inconsciente y eso sería casi un alivio. Disfrutaba del efluvio que llegaba a su nariz cuando hacía crucigramas sentado en el inodoro. Como siempre, el rollo de papel higiénico estaba vacío. Probó el bidet. Nada. "¿Y ahora?", se preguntó. Suspiró hondo y puso manos a la obra. El enchastre fue apocalíptico. Mucho después de estos sucesos, todavía seguían encontrando restos desagradables. El último fue en una esquina del techo. Una esquina del techo, donde posaban las cansadas estrellas de mi niñez, cargadas de la luz del día y de pasado, ese vértice... el camino de mis sueños nocturnos. Luego no puedo volver a dormir en toda la noche, se limito a quedarse sentado mirando la oscuridad. Percibió el vacío a su alrededor y ese frío que le carcomía el alma. Recordó las tardes de verano donde los interminables debates con su primo sobre lo factible de la existencia del alma se prolongaban hasta entrada la noche. No es una persona sensata, equilibrada. Me quedé mirando las olas rompiendo en la orilla, sumida en la más profunda calma, escuchando ese cantar como de sirenas, recordando aquella vez ... En ese cementerio indio. Lo que habían hecho no tenía nombre, y no solo eso... También tenía mas vida que Cerati, en la gloria de Francisco.

Todas las noches de verano desgarraba las sábanas de su cama vacía soñándose vencedora, en la aplicación de su enorme sabiduría erótica, de la resistencia de aquellos hombres condenados de por vida al celibato; pero siempre había fantaseado con sacerdotes u obispos, y esta era la primera vez que sus sueños húmedos tenían como protagonista al Papa. El Papa, decidió que ese día se iba a escapar de la custodia, (como lo había hecho tantas veces), se iba a dar una vueltita por el colegio de los chicos, quería ver a uno en particular, quería ver la expresión de su rostro.... ¡era tan pequeño! tan deliciosamente pequeño..! sus manitas! retorciéndose sobre la almohada, su boca, q no había podido gritar.. o por la sorpresa o por el desencanto… y sus ojos... toda la ternura y el amor que había hasta ese momento ¡plop! se había esfumado, y había visto en su mirada una mezcla de miedo, incredulidad y dolor..  Sabia que la única forma de aliviar el dolor era acariciar su peluche de Mickey Mouse antiguo hasta el amanecer. “Non est in tu te honorificientia populi nostri”, leí al entrar al mundo medio. Y con un símbolo de plata en su casco, asintió. Estuviera o no de acuerdo con las decisiones de su maestro, ella estaría a su lado. Alzo el brazo hacia arriba e hizo que surgiera una esfera en el centro del salón. De inmediato la esfera comenzó a brillar y empezaron a aparecer las imágenes de la civilización perdida. No sabían donde se encontraban, todo era nuevo para ellos: el color del cielo, la espesura del aire… todo tenía forma de triángulos y un extraño brillo… criaturas fantásticas les rodeaban y llegaban de todos lados, el miedo los invadía y bloqueaba sus mentes… ¿Dónde estaban? ¿Adónde llegarían? ¿Estos eran los lugares que ellos conocían? ¡¡¡NO!!! ¡¡Era imposible!! Simplemente estaban en camino a las nuevas tierras, las de la civilización perdida... La que había visto en el mapa hallado en el sótano de los Salcedo. Por momentos consideraba la idea de desistir del proyecto y mandar todo para al diablo, pero era mucho el camino que había recorrido para llegar allí, y eso, más que cualquier cosa, lograba que pusiera un pie delante del otro y prosiguiera. Y allí estaba, de pie sobre la colina observando el valle escondido que se extendía ante él como salido de un sueño. Pero no era sueño ni alucinación, sino la mas cruda realidad. En ese momento deseo morir, así que tomo su almohada, se abrazo a ella y dándole la espalda a aquello que no quería enfrentar se dispuso a dormir esperando no volver a despertar.


No volver a despertar... ese era el miedo que tenia todas las noches al irse a dormir. Por eso no dormía. Hacia 2 semanas que no dormía de noche, solo tomaba siestas cortas por la tarde, sin miedos. Se estaba volviendo loco. Había adelgazado 15 kilos y estaba irreconocible. Todo por culpa de ese miedo. De ese maldito miedo a no volver a despertar. Se miedo que solo el sabia que tenia. No se había animado a contárselo a nadie, no quería que nadie se burlara de él. Sus burlas, cada cierto tiempo oía esas risitas en la oscuridad, miles de ojos devorándolo en las tinieblas, pero lo pagaron y muy caro, en el fondo del cajón del escritorio guardaba los gritos de suplica de los arrepentidos compañeros que lo llamaron gordo. El solo miro con gran tristeza la crueldad de los corazones, cambiaron la belleza externa con una que muere día a día. Ahora, con el sol oscuro poniéndose a sus espaldas, comprendió lo que la anciana le había dicho aquella vez, cuando apenas era un crío inocente e indefenso. Nada lastima más que las palabras. Ni siquiera las armas.

PARTICIPANTES:
1.Patricia Porta
2.Mauro Vargas
3.Adrián Granatto
4.Esteban Dilo
5.Camila Carbel
6.Emi Barrionuevo
7.Florencia Saade
8.Cristina Garcete
9.Ivana Torres
10.Nati Lou
11.Juan Esteban B.
12.Laura Fonseca
13.Leonardo Lamas
14.Daniela Santana
15.Lariita Luna
16.Sadie Uribe
17.George Valencia
18.Paola Ruiz
19.Caterina di Candia
20.Arturo Melita Barra
21. Pako Becerril
22.Ultraman Sesenta y Tres Libros
23. Matías Raña

POSTERS:

Adrián Granatto

Matías Raña

miércoles, 4 de septiembre de 2013

CADÁVER EXQUISITO: EDICIÓN CIENCIA FICCIÓN

El ruido de la maquinaria era muy fácil de percibir, sin embargo, nadie esperaba la presencia del doctor, controlando todo el procedimiento desde lo mas alto. Quien sonriendo pensaba, El futuro empieza hoy
¿que futuro? el nuestro empezó hace bastantes años ya, no recuerdo un pasado que no sea futuro... un pasado sin estos robots que cocinan tan rico, un pasado en ese planeta raro que llamaban tierra... el futuro llego hace rato, como dijo el Indio Cúmanda aquel artefacto que había fabricado para su amada. Más tarde alguien le pondría el nombre de celular.
Desesperado, camino sin rumbo. El robot o lo que quedaba de esa maquina aun lo seguí. Entro a la caseta telefónica sin saber que llegaría al año 1890.
El problema es que no podría viajar solo, voy a desempolvar mi antiguo droide, el me ayudo a pasar mis antiguos caminos temporales sano y salvo, prepararé mi antigua armadura y mi láser.
Ya con todo lo necesario, puse manos a la obra. Lo primero fue llamar a mi fiel compañero Trípode, un robot ayudante de categoría Alfa 2. Estos robots tienen la cualidad de adaptar cualquier forma. —Trípode, tenemos trabajo. La Tierra nos necesita. —¿Otra vez? ¿No la salvamos la semana pasada? Siempre metiéndose en quilombos la boluda esta… —Para eso estamos nosotros: para salvarla. —Sí, vale. Pero podría dejarse de meterse en problemas por lo menos un tiempito. La otra vez la salvamos del impacto del cometa. Mirá que hay espacio en el universo, y va la boluda y se mete en la trayectoria del cometa. —Trípode, nuestro trabajo es protegerla cueste lo que cueste. —Eso es otra cosa: nunca cobramos, hermano. El cheque anterior no tenía fondos. Así no se puede.
Volvió a revisar el cableado, algo tenía que estar mal porque la máquina seguía negándose a trabajar apropiadamente, y sin el láser en buen funcionamiento ninguna conquista intergaláctica podía llevarse a cabo con éxito.
Ya con una cosa menos en la cabeza llamó a JK09, su robot domestico, y le ordeno traer su ebook-chip de "El Fugitivo de Stephen King" para transferirlo a su memoria
La vida extrarrestre vendría de las estrellas
axl descifro a medias lo que dijo la alienígena entonces dijo asi de repente "y mas o menos viste vos che"
Nada es eterno, acuérdate que la vida es como un carrusel
Un carrusel de los antiguos, no lo podía creer, no lo manejaba ningún robot, sino q tenía un motor mecánico, si mecánico, como hacía cientos de años q no se veían... y había un hombre, humano, con piel y músculos y todo eso (no era un ciberhumano, era real) que lo manejaba.... los niños, tanto los humanos (que ya quedaban pocos, se estaba extinguiendo esa raza) y los ciberhumanos se subían al carrusel y disfrutaban unas cuantas vueltas, solo eso, no tenía nada de robótico ni automático, era simplemente volver al pasado..
lo tenía prohibido mientras fuera estudiante, solamente con un instructor podría viajar en el tiempo, pero de esa forma no podría hacer nada de lo que quería, que suerte tenía su hermano que ya estaba graduado y tenía una TARDIS para el solito, pero a él le faltaban todavía como 200 años
paso mucho tiempo antes de encontrar la pieza que le faltaba para reparar su robot, se sentía incompleto y creía que esto era lo único que le faltaba para ser feliz, le parecía que su ultimo viaje sin su inseparable amigo, había sido eterno, como miles de años.... nuevamente volvería a retomar su venganza.... una sangrienta venganza que no olvidarían en una eternidad
Pero las posibilidades eran casi infinitas. Había decidido programar el temporizador de la cámara de criogenia en modo aleatorio, de tal modo que bien podría despertar en un mundo acuático, sin tierra firme, donde los mamíferos habrían evolucionado hasta formas de vida simbióticas del tamaño de portaaviones, o quizá en el extremo completamente opuesto, en un mundo desértico donde el agua fuese el bien más preciado, como ese tal Dune del que había oído hablar en uno de sus viajes intergalácticos... O, por qué no, el planeta simplemente podría volar en billones de partículas en un futuro no muy lejano... Las posibilidades, en efecto, eran casi infinitas... Pero no tenía otra salida.
Susurró en su oído las palabras «Te amo» —ella dormía profundamente— y retrocedió de espaldas mirándola embelesado; el portal luminoso lo engulló por completo e inició el viaje en el tiempo más triste de su vida.

"Y donde sea se encontrase en ese momento, el simplemente sabría que tenia que comprar fernet.

martes, 16 de julio de 2013

CADÁVER EXQUISITO: EDICIÓN MEDIEVAL

Un sueño pesado, profundo, acosó al caballero McRonald, un sueño de carne humeante, aplastada por el fatuo fuego de un dragón mitológico. Un sueño de muerte. Al despertarse, sin embargo, más que temor tuvo una idea, y hambre. Fue hasta la cocina, describió a su cocinero un nuevo platillo, que consistía en un disco de carne aplastada, cocido a las brasas, vuelta y vuelta. Tras varias revueltas, bautizó a su creación “hamburguesa McRonald”. El posadero me miró con cara extrañada, estaba a punto de proferirme algún insulto pero entonces me acordé de que todavía faltaban algunos años para la invención esa comida rápida en honor al Rey Ronald, viajar tan seguido en el tiempo me hacía olvidar a veces de en qué época estaba parado. El caballero de la armadura de oro tomo el libro que había sobre la mesa y leyó el título: 100 chistes de la edad media. Lo abrió y en la primera pagina leyó la dedicatoria: Para el hombre con el que sueño todas las noches y quien despierta mis mayores fantasias. "quien sois, oh bribón, que despertáis las fantasías de mi esposa?", se pregunto el caballero, llorando de rabia... lloraba por mi falta de libertad, sin los leños las almas de mi familia se extinguirían en un gélido suspiro, con hambre nos observamos unos a otros. Nuestra aldea fue abrazada nuevamente por la sombra del Dragón, seguirá retrasando nuestra salida… ahora, nuestro hogar es nuestro baluarte. Hay un dicho que un escudero nunca oye, me dijo una vez mientras alabábamos al rey Granattous en una de sus habituales festejos diarios. El rey no es más que un hombre con vestido, solo vestido como mujer adquiere el respeto del pueblo. Se había convertido en un caballero, ahora podía concursar por ese pergamino que lo llevaría directo al paradero de su hermana. 
-Caminad todos no se detengan, formaos el Rey Kraven está en camino- dijo el hombre empuñando el látigo. Las puertas del lugar se abrieron una docena de soldados entraron, y detrás Kraven, el Rey, el asesino de su familia.
Furioso, juró tomar venganza. «Ven, gansa», llamó al ave. Ésta se acercó a pasos graciosos y se le quedó mirando. «Huiremos juntos —le dijo el caballero—. Con mi brioso unicornio cabalgaremos al amanecer». Partieron hacia el Norte. «Hacía el amanecer, os dije», murmuró el caballero al unicornio con la gansa en la mano. «Bueno —contestó el unicornio—, es que yo soy más de hábitos nocturnos. Nunca he visto por donde sale el sol. Disculpad». Y así, se perdieron en el Este.
El caballero volteó por última vez a mirar su antigua morada. «Volveré», se prometió. La gansa le picoteó un dedo y se perdieron en la oscuridad.
El puente levadizo descendió lentamente, rechinando, emitiendo quejumbrosos sonidos que reverberaron por el patio de armas... allá a lo lejos, entre la espesa bruma, ella lo advirtió… aunque demasiado tarde, ya nada podía hacerse para que el noble caballero volviera a ser quien era. Ya no irían al cine a ver el concierto de One Direction en 3D. Ahora, y para siempre, el seria un sapo, el sapo Pepe, a menos que...
Colgó la espada y huyó ciegamente, perdido sin esperanza. El sol se estaba hundiendo y bronceaba los paredones del castillo provocando un raro efecto sobre los musgos y plantas parásito que pugnaban por sobrevivir asomando por entre las grietas. -Parece sangre -murmuró lord Goldman. Lo mire y luego enfoque mi atención en el muro que teníamos delante. Vi esos costrones oscuros que chorreaban sobre el gris bruñido de los ladrillos gastados. -Parece sangre, si -acord-e- Pero la sangre real se ha derramado adentro. Levanto su espada y comenzó a caminar con el recipiente en la otra mano, dispuesto a degollar al primero que se le acercara. Presto le tomo la mano y subieron al negro corcel, que los llevó dentro los bosques impíos, aquellos a los que los buenos caballeros rehúsan entrar y hasta las viejas brujas miran con respeto. Atravesando todo límite llegaron a la Posada de los Muertos. Al fin había llegado a la misteriosa posada, luego de leguas y leguas recorridas por los caminos del mundo medio.
Me encaminé hacia la puerta, la abrí y entré en un recinto amplio, con algunas mesas y sillas, una barra al fondo del salón, detrás de la cual me miraba con ojos sorprendidos el dueño de la posada.
- Bienaventurados sean todos - dije a modo de saludo - ¡posadero! ¡un aguamiel para mi seca garganta!
No hubo opción alguna, tomo con sus dos manos el pesado cucharon de bronce y lo sumergió en el oscuro y burbujeante liquido dentro de la caldera que tenia adelante. Era una poción contra la hidratación, se la había enseñado su Madre quien muchos decían en esas tierras, que era una feroz hechicera mientras vivía. Puso muesca de asco una vez que asomo por encima de la cuchara para saborear el aroma de esta misteriosa sustancia, pero se rindió y finalmente lo bebió la poción mágica mientras jugaba calabozos y dragones en Klingon. Y mientras el cíclope protector de de las ruinas de Bedlar interpretaba una melodía de Arjona en el arpa de los sueños perdidos, el caballero decidía rendirse ante la bella perdición. Sin titubear, se enfundó en su cota de malla, montó en su centauro y se dirigió al Bosque Prohibido a enfrentar su destino. 

Es inevitable. En algún momento, por mucho que trates de evitarlo, el viejo destino te saca de tu agujero y te lleva por el sendero que ha trazado para ti, incluso en estos parajes dejados de la mano de los dioses. Podrías ir a las Islas Laberinto, a las Montañas de la Locura o incluso al Desierto de la Calavera, y aún así el destino iría tras tu trasero, como una suegra fea y vengativa. Existe un hechizo para esquivarlo, pero el precio es alto... muy alto.. Quiso seguir su camino, pero sin su dragón era imposible, las colinas eran altas, muy altas, pero no le importaba, quería llegar a toda costa sin importar las consecuencias. Volver a ser uno con su dragón, el último de su especie, bien valdría su esfuerzo… Así hubiese que pasar por los Bosques Mudos, los más oscuros de toda la región celebró la muerte de la bestia, el temido dragón por fin había sido derrotado, el caballero había ganado el corazón de su dama y tiempos prósperos se avecinaban, nadie se percató de que en el corazón de la cueva más profunda de la región había quedado la herencia del dragón, un perfecto huevo abrigado en el calor de la madre tierra en cuyo interior se gestaba la bestia que aterrorizaría a sus nietos, pero esa es la historia de otro juglar y no mía. Y cuando el dragón abrió sus fauces para intentar escupir el fuego asesino sobre el poblado, él, con sus últimas fuerzas, arrojó la poción mágica en la boca del monstruo. Escupió los últimos restos de un intento de llamas y baba, se desplomó derribando todo por doquier. Arrasando por última vez con todo en lo que se encontraba en su camino.

-------------------------------------------------------------------------------
PARTICIPANTES

1.       Patricia Porta
2.       Caterina Di Candia
3.       Esteban Dilo
4.       Lariita Luna
5.       Pako Becerril
6.       Adrián Granatto
7.       Mauro Vargas
8.       Emi Barrionuevo
9.       Nati Lou
10.   Cristina Garcete
11.   Ultraman Sesentaytres Libros
12.   Camila Carbel
13.   Paola Ruiz
14.   Laura Fonseca
15.   Vodevil Cdj
16.   Daniela Dibarboure Santana
17.   Leonardo Lamas
18.   Ivanna Torres
19.   George Valencia
20.   Sadie Uribe
21.   Evelia Garibay
22.   Juan Esteban Bassagaisteguy
23.   Nellen Tere
24. Matías Raña

----------------------------------------------------------------------
POSTERS

Adrián Granatto


Matías Raña

miércoles, 26 de junio de 2013

CADÁVER EXQUISITO IV

La silueta de un hombre se dibujó en la pared, poco a poco, como una aparición fantasmal. Sabrina advirtió el movimiento raro por el rabillo del ojo, y tras percatarse de la sombra sin cuerpo, se paralizó. Detuvo el dedo a centímetros del botón —un botón grande y rojo—, mientras las luces parpadeaban y un ruido chirriante salía por las bocinas. Un olor a cables quemados llenaba el ambiente. ¿Debía hacerlo? ¿Estaba en sus manos acabar con esto? De lo único que estaba seguro era de que allá fuera una guerra había comenzado, y la humanidad como había sido concebida era cosa del pasado. Ahora reinaba el caos, lo más oscuro de nosotros. Raldall Fragg estaría orgulloso.  Apretó el botón y se encomendó a Dios. Si es que existía.  Como para él no existe, los mandó a freír churros. Los churros de Doña Florinda, en el capítulo del "chavo del 8", donde Don Ramon vendía los churros en la puerta de la vecindad. Me recuerda mucho a mi infancia, es más, es el día de hoy que todavía (cada tanto) lo sigo mirando... humor inocente si los hay... se me pianta un lagrimón. Esa mañana se sentía diferente, como que algo faltaba en su vida. Lo tenía todo: una computadora con buena señal de wifi, una placa de video de las más nuevas y la nueva expansión del wow. No podía dejar de pensar en sus ojos azules de mirada profunda, los que, en perfecta unión con sus manos ardientes de dedos curiosos, la hacían derretir de placer hasta alcanzar el infinito. El sueño que lo desveló la anterior semana se estaba creando delante de sus ojos, su forma empírica no existía... ahora es una realidad. Pero distinta a la anterior, a la realidad de zombies a la que ya me había acostumbrado. Tendría que volver a convivir con gente viva, gente que sintiera lo mismo. Y eso era, después de tanto tiempo, bastante extraño. No me gustaba que me dijeran que era "raro” … Así que subí a mi escoba y fui a refugiarme al parque Rivadavia. Pero como no sabía como llegar, llamo a su hermano para que le explicara el camino desde la casa. Decidió dejar los binoculares junto a la mesa de la ventana. Quizás más tarde tuviese que usarlos de nuevo. Pero ahora era mejor descansar, recostarse y tratar de dormir un poco. Fueron las últimas palabras que me susurró mi difunto padre.


Y la luz, como es la luz- le pregunto el chico el cual no podía dar crédito a lo que estaba viendo, había pasado tan solo un mes de lo ocurrió y ya estaba de vuelta.  El día fue lluvioso y por la noche el frio estaba arreciando, la temperatura descendía cada vez más. Al chico le falta cosas por decir a su padre, tan solo unos minutos había pedí, y ahora hay estaba, completa como antes de q se marchara. Las oscuras nubes de Junio cubrían el cielo y coronaban un día aún más gris, ¿qué más podía esperar de su último día? Tal vez un café leyendo juego de tronos y escuchando a The Beatles,  los Doors, Queen y otros ochentosos, se me pasó el dìa volando, no hice nada de nada de tooodo lo que tenía q hacer. Un día perdido. Bué, mañana será otro día. Al día siguiente se levantó, y olvidando lo que había pensado la noche anterior, decidió concentrarse más en la canción Revolution 9 que se le había pegado días atrás escuchando The Beatles. Fue entonces cuando su vecino, el Sr Castro, toco la puerta. Le dijo algo relacionado con el azúcar, por lo que no se le ocurrió mejor idea que ir a la cocina y traerle un poco en una taza. Fue así cuando volvió a la entrada y descubrió a su vecino desplomado en el suelo, había olvidado que el Sr Castro era diabético, y, en lugar de pedir azúcar, estaba pidiendo que lo llevase a un hospital cuanto antes por una ingesta accidental de dulzura. Mi punto débil son las cosas rotas. ...rotas quedan. Porque aunque vuelvas a unir los pedazos, nunca será lo mismo que antes. Y sonó el característico panparanpanpán, como unos grandes tambores sonaban al fondo del pasillo, pero generaban un fuerte eco en mi cabeza,  escuchando Champagne Supernova. Y cuando estalló, supe que había llegado el momento. Hasta que el cuerpo aguante!-dije- y salte hacia su luz. Me quemaba los ojos pero igual miré, esa fue la última película que vi en mi vida, el 3D no era para mí.

PARTICIPANTES

Adrián Granatto/ Diego Bialos/ Caterina Di Candia/ Lariita Luna / Juan Esteban Bassagaisteguy/ Esteban Dilo/ Nati Lou/ Ivana Torres / Camila Carbel/ Ultraman Sesentaytres Libros/ Daniela Dibarboure Santana/ Pako Becerril/ Arturo Melita Barra/ Laura Fonseca / Vodevil Cdj / Nellen Tere / Emi Barrionuevo / Mauro Vargas / Gean Rossi/ Cristina Garcete/ Paola Ruiz/ Patricia Porta/ Matías Raña

POSTERS

Adrián Granatto


Arturo Melita Barra


Matías Raña


lunes, 10 de junio de 2013

CADÁVER EXQUISITO: VACA ZOMBIE


Era de noche, el cielo estaba cubierto de nubes color tristeza, y la luna era más ausencia que presencia. Un vestigio de luz mortecina recubrió la tierra húmeda, que se empezó a agitar, como si estuviera latiendo, hasta que el barro se hundió, revelando la figura que pugnaba por salir. La vaca, en medio del dolor del parto, tuvo la suficiente calma en esos, los que supo que eran sus últimos momentos, como para acordarse de Venacio, el toro cretino que la embarazó, y de sus palabras dulces al oído jurándole que sería solo la puntita. Las babas pegajosas le escurrían, chorreaba mocos y sus ojos supuraban una sustancia amarillenta. ¿Qué otro camino se me presentará hoy? Harto ya de pelear conmigo mismo, todo caerá por su propio peso, llegó la hora.  Debió decidir si corría por su vida o si luchaba por ella como todo un hombre.   Le dije a mi compañero de clase Mateo, cuando Plottier terminó su discurso.  Una vez terminado este paro, se dio vuelta y dijo “no confíes en nadie que te diga que las vacas desaparecen por los aliens”, y dejándome anonadada siguió caminando hacia el más allá. Esa atmósfera desconocida de la que se conocen no más que rumores. Todas las horas del mundo pueden pasar mientras bebes una taza de te, el delicado movimiento de sus manos le recordaba el murmullo de las ales de esos frágiles pájaros estivales. Y aunque nunca se atrevió a hablarle, una sola mirada bastaba para engullirlo y atraparlo bajo sus garras…  se escondía la mugre de no lavarse las manos desde 2 semanas atrás, cuando le habían cortado el gas por falto de pago, y el jabón era caro. De repente se descubrió temblando. ¿Frío? ¿Le tenía miedo a una vaca? ¿Quién podía tenerle miedo a una vaca? Era ridículo. Y sin embargo…

Aún tenía muchas cosas que añadir a su lista de la compra de la semana,  incluyendo una buena lima de metal para las garras de la criatura que tenía escondida en el sótano; los rasguños estaban empezando a levantar sospechas. Tenía que cubrir las pistas lo mejor que pudiera, después de todo sus acciones no eran culpa suya, tenía que callar los tambores, esos que repiqueteaban en su cabeza constantemente. Tu tu tu tún, tu tu tu tún. Los tambores de la locura no se callaban nunca.  Solo había una cosa que podía calmar sus mugidos lúgubres: cerebros viscosos y chorreantes.  Y eso, pensó, era lo que parecía ese espantoso boceto en plastilina que le mostraba su hija, un par de cerebros viscosos y chorreantes. Pero sabía que no le podía decir eso a la nena. Los psicólogos decían que podían quedar con traumas si los padres les decían esas cosas. Así que se limito a un "te quedo hermoso amor".  Cuando me di cuenta de que lo estaba imaginando, supe que tenía que dejar de ver a Virginia Lago en la televisión...  en la televisión estaban dando un programa con un detective tipo Sherlock que trataba de atrapar a un criminal que ya había estrangulado y descuartizado a 23 personas.... el detective estaba desesperado, tratando de atraparlo de una buena vez.  Pero no se veía ningún tipo de luz,  ideal para llevar a cabo el coito;  la tristeza me corroe feroz. La luz entra por la ventana señal que ha amanecido, mi cuerpo está completamente molido, levanto las sabanas y descubro mi pierna ensangrentada, un sobresalto de asombro recuerda la pesadilla. Últimamente se ha vuelto recurrente. En ella alguien le brinda masajes un poco demasiado sugerentes en la ubre, provocándole una serie de sentimientos encontrados. Meneando la cola enérgicamente, trata de espantar estos pensamientos junto con las moscas... , que hacían eco dentro de su cabeza, y que jamás podrían haber encontrado la salida de esta. Todo se remontaba a un montón de carne, hueso y sangre que emanaba de sus venas mientras soplaba el fuerte viento nórdico.

---------------------------------------------------------------------------------

PARTICIPANTES

Adrián Granatto / Mauro Vargas / Esteban Dilo / Camila Carbel / Daniela Bibarboure Santana / Lariita Luna / Gean Rossi / Arturo Melita Barra / Caterina Di Candia / Ultraman SesentayTres Libros/ Evelia Garibay / Patricia Porta/ Juan Esteban Bassagaisteguy / Nati Lou / Ivanna Torres / Laura Fonseca / Cristina Garcete / Diego Bialos / Nellen Tere / Pako Becerril / George Valencia / Vodevil Cdj / Matías Raña

---------------------------------------------------------------------------------

GALERÍA DE POSTERS


Arturo Melita Barra

Lariita Luna
 Adrián Granatto


Mauro Vargas


Matías Raña







lunes, 3 de junio de 2013

CADÁVER EXQUISITO: LA VENGANZA DE LA MOMIA

Su cuerpo desestimó las indicaciones de su cerebro, y contra todo pronóstico, se acercó a ella y le entregó la caja que la noche anterior envolvió con tanta paciencia. Como pudo, fue haciendo los repulgues a las empanadas de carne, sacándoles las pasas de uva al relleno cuando las encontraba y dándoselas al perro que estaba bajo la mesa. Se sorprendió comiéndose las uñas, nerviosamente.  Nerviosamente titubeo y cuando menos lo esperaba se abalanzó sobre mí, reclamándome cual hombre sediento un vaso de agua. Regresé al comedor, me senté frente a la tele y seguí mirando Dr. Who, no podría creer lo que estaban viendo mis ojos, ¡era sencillamente genial! Como lucía su cuerpo desnudo iluminado por la estufa a leña… que estaba apagada y se sentía el frío… ella se despertó sobresaltada y miró el reloj, vio que eran las 4 de la mañana. Hacía una semana que se levantaba todos los días a la misma hora y después se quedaba despierta hasta que amanecía.


 Al día siguiente pensaría en cómo solucionarlo, ahora observo el fuego, entre chispas y danzas describe mi destino. No quisiera pasar la eternidad enfundado en estas vendas… ¡como pican! Malditas chispas saltarinas que escupió uno de los leños ardientes para dar justo al centro de mis ojos rojos. Resultado de haber pasado la noche en vela en busca de la famosa momia que nunca logré divisar. Pero sabía que ella seguía allí, a la vuelta de esa esquina, tomando un helado y escuchando Arjona… logré que mi novia llegue al clímax… cuando vi su sombra, aún me pregunto si mi muerte fue un sueño, mi fantasma me acosa en las ventanas y espejos, me busca incansablemente para arrebatar el último despojo que queda de mi inexistencia…  entonces, ¿qué soy? ¿Espíritu? ¿Alma? ¿Fantasma? ¿El último orejón del tarro?... mi inexistencia reclamaba a gritos mi atención… pero en esos momentos estaba enfrascado en otros asuntos… Más le valía hacerme caso si no quería terminar como los demás: con sus huesos desperdigados para confundir las pesquisas, y una única falange colgando de mi espejo retrovisor. Seguí avanzando a toda velocidad, sin atreverme a mirar atrás una vez más. Los sonidos se habían acallado. Ya era tiempo de dejar atrás ese pasado doloroso que lo envolvía en oleadas.

-------------------------------------------------------------------------------
Participantes 
Adrián Granatto / Mauro Vargas / Lariita Luna / Patricia Porta / Daniela Dibauburne / Caterina Di Candia / Esteban Dilo / Ivanna Torres / Juan Esteban B. / Gean Rossi / Nati Lou / Diego Bialos / Arturo Melita Barra / Laura Fonseca / George Valencia / Camila Carbel / Ultraman Sesenta y Tres libros / Alejandra Lopez / Matías Raña

--------------------------------------------------------------------------------
Afiches - Adrián Granatto - Arturo Melita Barra- Matías Raña