La silueta de un hombre se dibujó en la
pared, poco a poco, como una aparición fantasmal. Sabrina advirtió el
movimiento raro por el rabillo del ojo, y tras percatarse de la sombra sin
cuerpo, se paralizó. Detuvo el dedo a centímetros del botón —un botón grande y
rojo—, mientras las luces parpadeaban y un ruido chirriante salía por las
bocinas. Un olor a cables quemados llenaba el ambiente. ¿Debía hacerlo? ¿Estaba
en sus manos acabar con esto? De lo único que estaba seguro era de que allá
fuera una guerra había comenzado, y la humanidad como había sido concebida era
cosa del pasado. Ahora reinaba el caos, lo más oscuro de nosotros. Raldall
Fragg estaría orgulloso. Apretó el botón
y se encomendó a Dios. Si es que existía. Como para él no existe, los mandó a freír
churros. Los churros de Doña Florinda, en el capítulo del "chavo del
8", donde Don Ramon vendía los churros en la puerta de la vecindad. Me
recuerda mucho a mi infancia, es más, es el día de hoy que todavía (cada tanto)
lo sigo mirando... humor inocente si los hay... se me pianta un lagrimón. Esa
mañana se sentía diferente, como que algo faltaba en su vida. Lo tenía todo:
una computadora con buena señal de wifi, una placa de video de las más nuevas y
la nueva expansión del wow. No podía dejar de pensar en sus ojos azules de
mirada profunda, los que, en perfecta unión con sus manos ardientes de dedos
curiosos, la hacían derretir de placer hasta alcanzar el infinito. El sueño que
lo desveló la anterior semana se estaba creando delante de sus ojos, su forma
empírica no existía... ahora es una realidad. Pero distinta a la anterior, a la
realidad de zombies a la que ya me había acostumbrado. Tendría que volver a
convivir con gente viva, gente que sintiera lo mismo. Y eso era, después de
tanto tiempo, bastante extraño. No me gustaba
que me dijeran que era "raro” … Así que subí a mi escoba y fui a
refugiarme al parque Rivadavia. Pero como no sabía como llegar, llamo a su
hermano para que le explicara el camino desde la casa. Decidió dejar los
binoculares junto a la mesa de la ventana. Quizás más tarde tuviese que usarlos
de nuevo. Pero ahora era mejor descansar, recostarse y tratar de dormir un
poco. Fueron las últimas palabras que me susurró mi difunto padre.
Y la luz, como es la luz- le pregunto el
chico el cual no podía dar crédito a lo que estaba viendo, había pasado tan
solo un mes de lo ocurrió y ya estaba de vuelta. El día fue lluvioso y
por la noche el frio estaba arreciando, la temperatura descendía cada vez
más. Al chico le falta cosas por decir a su padre, tan solo unos minutos
había pedí, y ahora hay estaba, completa como antes de q se marchara. Las
oscuras nubes de Junio cubrían el cielo y coronaban un día aún más gris, ¿qué
más podía esperar de su último día? Tal vez un café leyendo juego de tronos y
escuchando a The Beatles, los Doors, Queen y otros ochentosos, se me pasó
el dìa volando, no hice nada de nada de tooodo lo que tenía q hacer. Un día
perdido. Bué, mañana será otro día. Al día siguiente se levantó, y olvidando lo
que había pensado la noche anterior, decidió concentrarse más en la canción
Revolution 9 que se le había pegado días atrás escuchando The Beatles. Fue entonces
cuando su vecino, el Sr Castro, toco la puerta. Le dijo algo relacionado con el
azúcar, por lo que no se le ocurrió mejor idea que ir a la cocina y traerle un
poco en una taza. Fue así cuando volvió a la entrada y descubrió a su vecino
desplomado en el suelo, había olvidado que el Sr Castro era diabético, y, en
lugar de pedir azúcar, estaba pidiendo que lo llevase a un hospital cuanto
antes por una ingesta accidental de dulzura. Mi punto débil son las cosas rotas. ...rotas
quedan. Porque aunque vuelvas a unir los pedazos, nunca será lo mismo que
antes. Y sonó el característico panparanpanpán, como unos grandes tambores
sonaban al fondo del pasillo, pero generaban un fuerte eco en mi cabeza, escuchando Champagne Supernova. Y cuando
estalló, supe que había llegado el momento. Hasta que el cuerpo aguante!-dije-
y salte hacia su luz. Me quemaba los ojos pero igual miré, esa fue la
última película que vi en mi vida, el 3D no era para mí.
PARTICIPANTES
Adrián Granatto/ Diego Bialos/ Caterina Di
Candia/ Lariita Luna / Juan Esteban Bassagaisteguy/ Esteban
Dilo/ Nati Lou/ Ivana Torres / Camila Carbel/ Ultraman
Sesentaytres Libros/ Daniela Dibarboure Santana/
Pako Becerril/ Arturo
Melita Barra/ Laura Fonseca / Vodevil Cdj / Nellen Tere
/ Emi Barrionuevo / Mauro
Vargas / Gean Rossi/ Cristina Garcete/ Paola Ruiz/ Patricia Porta/ Matías Raña
POSTERS
Adrián Granatto
Arturo Melita Barra
Matías Raña